Robelki

SUSURROS DEL ALMA

SUSURROS DEL ALMA 
Los fantasmas a mi alrededor
hacen de las madrugadas 
un ardiente y sofocante sol, 
y de las mañanas, unas frías 
y tenebrosas tiniblas.

Las tardes son vastos campos de batallas, 
de los cuales no salgo victorioso; 
pero tampoco con bandera blanca.

Un vacío henchido de plomo
ocupa el alma aniquilando toda fuerza 
y toda energía. 

El esqueleto despide a la carne; 
pero he amado tanto 
y a penas he podido tocarle.
¡Oh!, Mundo miserable, 
si el amor va con la carne;
¿a donde van los deseos de tocarle?. 

Por eso he de reponerme y tomar la pluma.

¡Oh!, papel, cuán fácil vas a la basura 
y ha sido mi cruel tortura 
llamarte, madre, padre, hermano, amigo.

He aquí mi cabeza en el vacío de tu hombro,
he aquí mis sentimientos 
sobre tu luz pálida y blanquecina, 
a penas perceptible desde el lejano y oscuro abismo. 

Es tu luz reflejo de vida y esperanza, 
donde descanzan mis amores, 
mis pesares, y los susurros de mi alma.