Eres pan y eres vino. Vienes así a nosotros
bajo formas humildes. El mismo que se iba
a donar en la cruz se da también ahora.
Tú te me entregas más que el mediodía.
Tú te das en el pan que te recibe,
y yo al comer del pan soy recibido,
no por señor alguno, sino en Ti
que me recibes por el pan y vino.
Te me acercas. ¿Y qué diré? Diré:
\"El Señor es mi pan, es mi sustento\"
Fijaré mi mirada y alzaré
la copa y diseminaré tu reino.
Al caer ya la tarde, al oír las campanas,
eres el alimento para mi cuerpo y mi alma.
Por eso se estremece mi sustancia,
por eso una alabanza se levanta.