Ponerme en suspensión
Sobre una tarima empolvada
Mirando las butacas vacías
(Algo parecido a mí mismo).
Suspensión del juicio,
No de la percepción.
Suspensión de la parte de mí que cree
Que aún soy yo
(Y solamente yo).
Estado alternativo de conciencia.
Estado: algo líquido, gaseoso,
En progreso, acabado, permanente,
Crónico, transitorio.
Alternativo, ¿la elección? ¡el disparate!
El que dispara mirando entre las cejas
De su propio reflejo. El sueño,
Ese no poder dormir y aun así caminar recto
(Como recurriendo a un propósito).
¿Dónde está lo alternativo? Al margen
De lo evidente, lo normalizado, lo obvio.
¿Alternativo para quién? ¿Para qué?
¿A qué costo? Estando.
Estar es el costo, sentir que haya algo
Que no se diferencie del ser pero le subyugue,
Le ordene de una forma imprevisible.
Compruebo que el minutero miente,
Que el tiempo solamente es tracción
A desangrarse; que la puerta de salida
Se puede dibujar sobre cualquier superficie.
Pobre conciencia, aferrada a unas verdades
Como niño a su mantita.
Mejor será sacudirme, sentirme hasta
Resentirme y hundirme en vos.
La única percepción que quiero
Es tu cabeza apoyada en mi pecho,
Tu respiración es un reloj
Donde se hilvanan mis días.
Me hago la promesa a mí mismo,
Paso el umbral de la robusta experiencia
Y aquí estoy, envuelto en el telón
Como quien realiza un truco de magia.
Apareceré del otro lado de tu sombra,
Traeré el espliego insomne que maduró
Tu corazón y, en esta plena suspensión,
Lo comeré como a un durazno.