La calle, reluce en la tarde,
Edificios medievales a ambos lados
Un hotel con capiteles y un balcón
Puertas de nogal artesonado
Un niño gime, sentado en un banco,
Al lado su madre, habla por teléfono
“un taxi”, para ante la puerta,
Pareja de jóvenes se adentra
Un escaparate de pastelería,
fachada e interior cinceladas en nogal
reluce el buen hacer centenario,
dulces en el mostrador, codiciados.
En la esquina el Palacio,
piedra sobre piedra, inerte,
regio Palacio de los Guzmanes
histórica forja renacentista.
Altos torreones, en otro tiempo vigilaban
la ciudad entera, gárgolas que lluvia lloran,
palastros corintios, amplias vidrieras,
guardan impertérritos, la historia.
Abrumado de tanta armonía, y
sentado en un banco de metal,
me lleno de la vida, desta ciudad amada,
admirable y admirada, bellamente labrada.