Destrozado, con el corazón tirado,
Avejentado mi rostro,
Un murmullo en el eco despiadado,
¡Soledad!, ante ti, me postro.
Y es que estoy en la oscuridad,
Nada veo, solo mi estupido ego,
Causante de una calamidad,
¿Tonto soy? Ó ¿Solo estoy ciego?
Y no encuentro ninguna salida,
Quizás, abra la llave del gas,
Quizá muera, y de lagrimas una caída,
Será el adiós, ya no habrá otro más.
Vanidad, vicio, dinero,
Harto de todo esto,
Morir es lo que quiero,
Ya los gusanos harán el resto.
A la tierra vuelvo,
A descansar en los huesos,
Ahora tirado, ya no estoy en vuelo,
Perdí todo, cuando perdí tus besos.
Parado ante tanta crueldad,
Sentado en la agonía,
Arrodillado ante la soledad,
Mi muerte en una noche sombría.
Desgarrándome poco a poco la piel,
De algo puedo estar siempre agradecido,
Y es que es cierto, siempre me fuiste fiel,
¡Pero el dejarme! Eso no pasa desapercibido.
Tal vez no entiendas el ¿Por qué?
No lo intentes entender,
Así como me voy, también llegué,
Sigue tu camino, has de envejecer.
Causante de dolor seré,
Mi familia se va a destruir,
Las llamas ardiendo quizá veré,
Por se un cobarde que no quiso sufrir.
Me falto más, que solo el valor,
Quizá soy más que un cobarde,
Pero prefiero morir, a sentir tanto dolor,
¡No me llames! Ya es bastante tarde. . .