Quizá vueles despacio y tu alma vibre
si te ahondas y empiezas a ver alas
sin temer que por aire te resbalas
al ser pluma de un sueño siempre libre.
Cerrarás suave con tupido velo
los descansados ojos materiales
escuchando una voz que quita males
que es soneto de amor y terciopelo.
Al caer en tu espacio de hondonada
resurgirá tu duende de la nada
y te dibujará una gran sonrisa.
Despertarás tranquila y dulcemente
buscando por el alma y por tu frente
una voz que tiñó de amor la brisa.