Tienes el torrente desordenado
no pasa ni el fuego hipnotizador
donde tus ojos se entregaban,
ya tu cuerpo trémulo que invadía
y hacía imaginar brotes sagrados
está en un profundo sombrío.
Esas sonajas de tiernas palabras
ahora fugitivas están rodeadas de vacíos
han naufragado para quedarse desoladas,
los aromas exprimidos por el contacto
de tu cuerpo ya no existen,
los breves momentos de satisfacción
están en silencio viendo hacia el techo.
Fragmentos de memoria disecados,
y tu piel tornasolada por amar se ve gris,
tus impotentes esfuerzos por revivir caminos
con las pocas pinceladas que sacas de tu paleta
están secos, se han llenado de yedra y moho,
tus sueños se han vuelto sordos
junto a una realidad delirante,
ya solo esperas sin lágrimas y sin tristeza
como un milagro que tu cuerpo y tu alma
se reencuentren gentiles con la aurora.
¡ LLEGARA PAPA¡