Te escucho hablar y voy adivinando el trasluz
De todo lo que no decís. Sostengo
En mis manos tu palabra,
Esa geoda irreversible.
Claramente,
El deseo juega con las distancias.
Es decir, poco a poco me estoy desalambrando.
Es decir, soy un visitante pidiendo asilo en tu cuerpo.
Voy a lamerte como si fueras una herida.
Voy a ocultarte como si fueras de verdad.
Me cuesta creer en la realidad
De casi todas las cosas,
Por eso prefiero nuestra fantasía.
En la conciencia de lo increíble
Nos volvemos reales
Los que no podemos existir
De otra manera.