JUSTO ALDÚ

AJENA

AJENA

Me bebí tus naranjos
y succione de la vida
imborrables momentos
que quedarán en la herida

Pero qué impredecibles
son esos instantes
que enmudecen
sobre el fiel de la balanza
y pesan más 
que el infortunio 
de haberte conocido
bajo el cruel e incongruente alegato 
de saberte ajena.

La luna aguanta todo.
El quejido de poetas, 
y el suplicio
de una ilusión pasajera. 
 
Contigo ni siquiera 
hubo un principio,
simplemente
caminé tus lugares inhóspitos 
sin saber que sería 
terreno escabroso y estéril. 
Un panorama desolador.

Solo fuiste una variante Delta
en mi pandemia de ilusiones.
Después lo supe: 
Era Don Quijote 
repitiendo su historia.
Aullido de perros cerca
y yo tratando de atrapar 
tu lejanía.

Crecí viendo gallinas en el patio
con palmeras, mangos y ciruelas.
Crecí oyendo canciones, 
cazando lagartijas,
caminando el río, atrapando sueños.
Jamás pensé
que entre lluvia,
calor y viento no serías mía.
Solo un capricho 
del pensamiento. 

La brisa del verano 
derrama las hojas de los árboles;
el calor es más seco
pasan autos, peatones, recuerdos.
El viento juega con el tiempo
y yo te sigo esperando
esta tarde de septiembre
aún socavando la pena
de saberte simplemente ajena. 

JUSTO ALDU
Panameño
Derechos Reservados