Ramas furiosas y espeluznantes contorsionándose sin abrigo. Tiemblan inertes con alardes vociferando algo no escrito. La luna gibosa descubre profundas marcas de otros tiempos. Falanges hambrientas de vidas ajenas, despiertan temores en quién las observa. Un relámpago aclara la oscuridad que se cierra, unas formas extrañas ahí afuera se acercan. Gemidos de un viento que acrecienta la ausencia, de una certeza que nuestra vista no encuentra.