Carita sucia
con lágrimas silentes
que nadie ve.
Eres el llanto
callado de la estrella
y estás sin cielo.
Pero a tu lado
un ángel te acompaña
sin darte cuenta.
Es un amigo
que te habla sin palabras
y va contigo.
Él te sonríe,
te guía por los pasos
que son difíciles.
Y te aconseja,
despejando, en tu vida,
dudas y miedos.
Es una pena
que el mundo no repare
en tu figura.
Y es que son tantos
los niños y el silencio
que ofrece el mundo.
Ojos y llantos
pidiendo, simplemente,
amor y pan.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/04/21