Que hombrecito; decía que su
esposa era buena con él, llegaba
de su trabajo, le daba su cena
y ella se iba de parranda; llegaba
de madrugada, y se dormía en otra
cama, pero levantarse de mañana
si la llamaban, cómo se enojaba.
Que buena mujer, y tenía que
comprarle ropa elegante, pero
nunca la lucia con él, era con
quien salía; pero llego un día que
no regreso a casa; él en su inocencia
pensó que no iba a ocupar de nuevo
su casa, que bueno fue que no
se tomó la molestia de hecharla.
Ahora vive arrepentida, porque
teniéndolo todo, hoy como le
hace falta.. él vive feliz sin votarla.