Si me duermo,
se acabará está noche;
y dejaré de ver la luna
avanzando tímidamente;
dejaré de sentir la brisa
que llega con la noche...
Hay un pino enfrente de mi,
y un grillo canta nocturnal
mientras un aire fresco
pasa por mis tobillos.
Lo azul se vuelto negro,
Y la luz se ha vuelto oscuridad.
A la distancia se escucha
el ajetreo de los viajantes,
que por necesidad,
tampoco descansan.
Pero yo estoy descansando.
Bajo mis pies hay ladrillos
que formados como soldados,
permanecen fuertes,
serenos, inquebrantables.
Hay un pino frente de mi.
No me he dormir todavía,
aunque mi piel se enfríe,
por que comienza a refrescar.
La luna a vanza tímida,
Pero sin parar...
¿Por qué he de terminar
este día,solo cerrando mis ojos?.
¡No, no lo haré todavía!
El pino oculta la luna
de tal modo que me oculta
de ella, pero no importa,
puedo verla que avanza
exibiendo su timidez.
¡La luna, la luna, se ha ido,
y se ha llevado la noche con ella!.
Aún siento la caricia del
Viento, viento fiel, que no desaparece,
aunque el sol y la luna han desaparecido.
El uno tras las montañas,
la otra tras unas espesas nubes juguetonas
que al igual que yo,
han salido para disfrutar de esta noche.
Autor:Bernardo Arzate Benítez.