Sea la espina en el pie del caminante,
el recuerdo constante de la vida,
que a cada paso lastima e incita a declinar,
pero bien sabe el que marcha con tesón perpetuo,
que a pesar del dolor expuesto, se avanza;
porque nunca es suficiente lo que escarba esa espina,
si con la frente en alto se camina, motivado por la esperanza.
Bravo caminante espinado, que vas dejando enseñanzas,
a todos los cobardes que aflojan al primer pinchazo,
¿Qué sabes tú del fracaso? ¿Qué sabes tú de la suerte?
Tú, que nunca has claudicado en tu reclamo,
que en verano el sol te ampolla la frente,
que en invierno caminas descalzo sobre barro,
y en cada paso vas dejando un hilo de sangre hirviente.
Que tu mensaje sea la espina; más hundida a cada piedra,
las que cargas en la espalda, una nueva cada día;
sea tu ejemplo inspirador; sepan los sufrientes venideros,
que no hay dolor suficiente que detenga al mensajero
si del corazón le nace la ambición, de conquistar utopías.
Serás tú la derrota de los incrédulos detractores de quimeras,
cuando vean tu bandera flamear bajo el firmamento.
¡Sea tu espina el argumento!