Sin un pensamiento fijo
solo extendiendo las alas
salió la alondra dorada
a presenciar antiguas galas.
Quién la vio sin inquetarse
con su ánimo sonriente
voy a pasear hoy día
a casa de unos parientes.
Siguió camino del alba
sin su inquieta seguridad
donde sus recuerdos encontraría
me llamó la claridad.
Y se oscureció la noche
sin saber su desamparo
caminando entre cerros
buscando un reparo.
Alguna idea llevaba
cuatro calles eran su destino
se ha quedado dormida
a la orilla del camino.
Y la encontró el alba
con túnica blanca vestida
con sus manos cruzadas
despedida de su vida.