Un bostezo se ha convertido en mi dueño,
anunciando la siesta de mis sentidos,
que están presos del sueño,
en una alcoba, con colchones mullidos.
Mi cara se apoya en mis manos,
y mi mirada, se pierde a lo lejos,
como si buscara algo ufano,
que estimule, mis vagos reflejos.
Veo montones de racimos de tedio,
que intentan arrodillar a las parras,
que a gritos, claman la vendimia,
porque tanta pereza, las desgarra.
Deseando que en esta corta letargia,
una luz, súbitamente aparezca,
para romper el cristal de la monotonía,
y hacer que mi curiosidad, crezca.
Josè Antonio Artés