Eres mujer helena ¡tan bella!
Del sugestivo atractivo permanente
Prefijo del aire eterno, luz de doncella,
Celestinos ojos con brillo inocente.
Iris del refulgente calor de la centella
Ocultabas tu dudosa alma aparente
En un corazón bermellón que destella
Esa maligna y oscura veta transparente,
Marisma de riesgo, resbaladiza la huella.
Susurros y suspenso del Areópago en dilema
Medrosos los jueces de Friné, la de Praxíteles,
…Que apenas fue salva del pérfido anatema:
¿Mala y bella? ¡Belleza perdona a sus fieles!