Un perfume de mujer entró al bar
destapando una botella en deseos,
en mi razón empiezan los jadeos
porque muy junto a mí, logró pasar.
Su vestido me comienza a drogar
al ver ceñidos sus buenos trofeos
pues marcan el camino sin rodeos
para el cielo y el infierno alcanzar.
Luego me mira como a una presa
y sonriéndome pronuncia, ¡Hola guapo!
con bellos labios de brandy y fresa;
y ebrio me pregunto ¿Me rindo o escapo?
Mas la sigo sin ninguna sorpresa
aunque después, me deje como trapo.
Sí, esta mujer en forma de botella
con sus labios ardientes de tequila.
me abandona babeando y esquila
el placer de enumerar cada estrella.
Me entregué completo, porque por ella
soy uno de los que hacen una fila
soy uno que su sensatez mutila
besando en el asfalto hasta su huella.
Entumecido de pies a cerebro
por gota embriagadora de muchacho
mis deseos reprimidos enfiebro .
En su boca invernal hacerme el macho
cuando alegre o decaído celebro
quedar con su beso, ¡Otra vez borracho!
...s. ....l