Más y más versos surgen como manantial interminable de tinta de amor de tu recuerdo.
De esta pluma diarreica, vómito imparable del dolor de tu ausencia.
Has borrado de golpe los demás amores, dolores acumulados.
Estás y no estás, dolor y presencia,
angustia y ausencia.
No me canso de escribir, me canso de mentarte.
Esta pluma imparable no cesa de extrañarte
y de gritar tu ausencia cercando mi soledad.
Este acto de escribirte es un suicidio,
este hecho de recordarte me trae la muerte.