Ya que mi vida es un desastre,
perdónenme la acometida, y
si vulnero alguna ley no escrita,
que me dispensen de nuevo,
graciosos, poetas y estilistas
de moda. El caso es que una duda,
me ha surgido y he urdido otro tanto,
que me escuece en el alma, y me atañe
de pleno. Y la duda es la siguiente,
¿y si Dios no existiera?
Porque miren que hay y habrá
poetas y escritores ateos,
filósofos, catetos o medio pensionistas,
pero, católicos, apostólicos o romanos,
como tales, muy pocos se pronuncian.
Veo eso sí, historiadores de renombre,
glorificados por la parte que les toca,
y ascendidos al cielo celestial de las religiones
monótonas, perdón, y dale!, monoteístas.
Veo también, sin mucho interés, todo tipo
de vallas y pancartas, que obstaculizan
más que nada, el tráfico.
Y pensarán que con esto me he esforzado!
Qué va, si aún me queda otro tanto.
Verán, yo soy de los que piensa
en un Dios infantil, nada pavoroso,
conductor de almas o de coches de choque,
que no admite un alma perversa
en su fiesta; no sé qué pensarán
ustedes.
Yo la lanzo, al albur, intentando
pergeñar mientras tanto, unos versos
sino dolidos, sí poco documentados.
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