A veces el dolor camina por la calle
vestido elegantemente o con harapos
a veces sonríe a veces llora,
a veces es una rosa en medio de la muchedumbre que capta la atención de las miradas
y a veces una flor marchita que no llama la atención,
a veces es un fuerte acero
y otras el espectro de una triste y melancólica sombra,
a veces una sonrisa que parece auténtica
a veces no puede ponerse máscara
a veces te hace sudar frío a veces y a veces te quema,
a veces es como una soga que parece ahorcar el alma
hasta hacerle desfallecer,
pero también el dolor
puede convertirse con el tiempo en sabio y sereno maestro
puede ser el comienzo de un nuevo camino,
el fuego que enciende una flama noble y llena de pasión
puede darle alas de águila al búho
puede romper mil paradigmas y hacer nacer miles nuevos,
puede ser la diferencia al ser el ladrillo que se mantiene con cicatrices
pero firme y sano del alma
mientras los demás se quiebran