José Luis Barrientos León

Al mirar tu rostro

 

Miraba tu rostro en las nubes

Flotando como alma de inocentes sueños

¿Cuántas de tus sonrisas te engendraron mis manos?

¿Cuántos de tus anhelos te concibieron mis besos?

 

Ingenuo temblé con tu mirada,

Cubierto con tu niebla de ensueño

Que trastoca mi sombra en tu lecho

Procreando la luz entre las sábanas

 

Son eternos los silencios del crepúsculo

Contemplando nuestros nombres sin vestido

Invisibles seremos en la noche

Cuando solo se escuchen nuestras almas

 

Miraba tu rostro, con dulzura

Como adivinando el amor entre tus ansias

Cubierto de luz entre mis manos

Equivocando la caricia en tu vientre

 

Inocentes mis ojos se cerraron

Aquietando mis deseos en tu pecho

Oficiando ceremonias en tus senos

Hasta alcanzar la salvación en tus entrañas

 

Inmortales mis besos sucumbieron

En tu saliva redentora, emancipada

Que ha abierto la flor de los deseos

Convirtiendo tu aroma en dulce espasmo