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Romántico despechado, asumiendo como propios, dolores e inspiraciones de almas rotas; que sembraron mi camino de dudas y desconfianzas; frenos a mis procederes.
Cada día una aventura, protagonista de actuaciones agradando antagonismos… esfumábanse al momento de sucederse, púes otra actuación vendría.
El tiempo sin prisa buscó ablandamiento, vulnerando mis fuerzas; atacando mi corazón enamorado; y, aún así, sembré mis semillas.
Un tiempo hermoso vivió todo el círculo social, esperando brotara a la luz la cosecha; pero como cuento de hadas; oculto y cerca, el mal siempre al acecho logró contaminar algo sus almas, hasta que su propio veneno se encargó de borrarla (el mal), del camino.
Hoy puedo mirar al infinito tratando de ver la luz que recuerdo antes de llegar a este plano.
La paz sin obstáculos que sin ver, nadie quiere creer.
*Seir Holbein Salazar S -COLOMBIA.*