Cuando los Dioses no miran
y el tiempo se pierde,
el amor se apodera de los cuerpos.
Cuando contemplas
a la familia hipnotizado
y te llevas el gran recuerdo
de saberte afortunado.
Cuando ya no escucho las sombras,
ni huele a olvido,
y el aire de descuido y ruina
se da por vencido,
me refugio en tus brazos.
Cuando tengo sueños de papel
y me enfrento a las palabras
descubro la verdad.