Entre el cielo azul
y el infierno rojo,
dos ojos endemoniados
me miraban de reojo;
si me quedo con ellos
al cielo no iré,
si los sigo... de seguro
¡a su infierno caeré!
Entre el cielo azul
y el infierno rojo,
dos ojos angelicales
me miraban de reojo;
si sigo esos ojos
a su cielo entraré,
si me quedo con ellos
¡al otro cielo no llegaré!
Entre el cielo azul
y el infierno rojo,
dos mujeres a la vez
me miraban de reojo;
entre ojos angelicales
y otros endemoniados:
¡No sé qué hacer!...
¡Jugaré a los dados!
xE.C.