Debe constar
un rincón de la creación
en donde podamos ser libres,
extensos y felices,
tú y yo.
Donde transitemos con amplitud espiritual
el océano, el cielo, la playa, la montaña…
sin titubeo y miedo inconsistente,
sin memorias de soledad, latentes.
Ocupemos nuestros cuerpos
sin relatos de desamor socavando la piel,
sin un adiós asediando la pasión.
Sin la muerte desnuda, filuda,
aguardando alrededor.
Sí cariño, debe existir ese sitio
soñado por ambos, buscado por los dos,
hecho para nosotros, en que tú y yo,
podamos resucitar la fe y la alegría
en la pureza, en el amor, en la vida.
En la ternura, la providencia,
el sol, la luna… ¡la poesía!
Porque creo en Dios,
en el universo, en la plegaria.
En nuestra historia,
en la energía, en la magia.
He de buscar, he de buscarlo.
¡Busquémoslo!
el resto de nuestros días en la tierra
y si no nos alcanzan…
¡en la eternidad!
Lejos, cerca, da igual…
sé que paralelo debe existir
ese terruño con esa estancia
y no sea solamente en mi alma
donde se extienda, llano de habitar.
¡Ay… devoción de mi existencia toda!
y por fin logremos confiados, a nuestra hora,
dando las gracias, ese paradisiaco lugar
hallar, disfrutar, cuidar…
¡e infinitos, adorar!
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P-Car
Paty Carvajal-Chile
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