Oír quejas de cara, en cara dura
volteando verídico escenario,
insensibilizar lo necesario
para oler una parte de locura.
El sabor impregnado de amargura,
que se adhiere a la piel es un calvario,
tocar los enseres grises a diario
rastrillando la frente con tortura.
Quedarse en la nonada de lo todo
sin ver que tiempo muere en el abismo
y sin sentir la vida de algún modo
Pensar en el sofá, qué no es lo mismo,
el soñar en ser cielo y ser el lodo,
un lodo muy cariado de cinismo.
...s. ....l