Cierto sabio expuso un día
al sin fin que le escuchaba
considerar por si había
un animal en la sala
cantar una melodía.
Debían poner la letra
sin faltas de ortografía
buen ritmo con armonía
y cumplieran esta impetra
de canto y polifonía.
En decir se escuchó a uno,
¿si pongo música y verso
no sería yo perverso?
otro queriendo ser tuno
mejor me copio de alguno.
Un tercero contestó
con otra parida en prenda
al cuarto no hay quien reprenda
el quinto no se cayó
allí se soltó la rienda
Los comentarios habidos
de todos los concurridos
fueron de formas dispares
ninguno formó con pares
haciendo el tiempo aburrido.
El docto con su derecho
tomó turno de palabra
lo escuchado ya sea hecho
en esta sala se labra
y mirando fijo al techo
Descubro, no hay animal
y que no está nada mal
comprobar que esto está lleno
de energúmenos sin freno
carentes de urbanidad.
Moraleja;
Escuchar con ignorancia
de todo sabio fue andanza.
El hablar es un capricho
Y escuchar una virtud.