Antonio Miguel Reyes

La virtud de la escucha

Cierto sabio expuso un día

al sin fin que le escuchaba

considerar por si había

un animal en la sala

cantar una melodía.

 

Debían poner la letra

sin faltas de ortografía

buen ritmo con armonía

y cumplieran esta impetra

de canto y polifonía.

 

En decir se escuchó a uno,

¿si pongo música y verso

no sería yo perverso?

otro queriendo ser tuno

mejor me copio de alguno.

 

Un tercero contestó

con otra parida en prenda

al cuarto no hay quien reprenda

el quinto no se cayó

allí se soltó la rienda

 

Los comentarios habidos

de todos los concurridos

fueron de formas dispares

ninguno formó con pares

haciendo el tiempo aburrido.

 

El docto con su derecho

tomó turno de palabra

lo escuchado ya sea hecho

en esta sala se labra

y mirando fijo al techo

 

Descubro, no hay animal

y que no está nada mal

comprobar que esto está lleno

de energúmenos sin freno

carentes de urbanidad.

 

Moraleja;

                Escuchar con ignorancia

                de todo sabio fue andanza.

                El hablar es un capricho

                Y escuchar una virtud.