Es el nordeste,
un viejo conocido
de nuestra tierra.
Con él nacemos,
quizás sin darnos cuenta,
por nuestros padres.
Con él crecemos
y viene, con nosotros,
a todas partes.
Tiene salitre
del mar y del océano
de donde llega.
También el yodo
nos deja con sus besos
frío en el cuerpo.
Pero el nordeste
arranca escalofríos
y algún suspiro.
Hay mil leyendas
del viento y de la brisa
que están escritas.
Sobre sus playas,
sus puertos y sus rías,
y sobre el mar.
Pero la aldea,
carece de carisma
sin el nordeste.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/21
\"El nordeste\" es un viejo conocido de la costa cantábrica y todos los que nacimos y vivimos en estos puertos y aldeas, tenemos el placer, y el respeto, de haber sentido sus besos y caricias a lo largo de nuestra vida.
Es imposible que nadie olvide a este amigo invisible que, nos acompaña en silencio y, comparte la risa y el llanto y hasta los silencios de cada uno nosotros.
Es cierto que su intensidad nos hace estremecer y llega a helar el cuerpo, incluso en verano, pero...