Esta mente obsesionada
al veneno del amor,
alimenta al gran sol
con las lágrimas de su alma;
sacrificio que no acaba,
un apego muy feroz
que para siempre quedó
en un pecho que tanto ama;
un brebaje delicioso
con un amargo final,
se introduce hasta el fondo
y te mata sin piedad;
pero tanto yo lo adoro
que eternamente he de amar...