¿Con estas bellas fantasías,
qué yo, contigo no haría?
No quiero que sean solo las mías
ya que en tu cuerpo no cabrían.
Así de inmensas son las fantasías.
Sé que son las que tú me inspiras,
También sé que, al final, son la mías.
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En verdad mis fantasías son tantas:
intensas, coloridas y variadas.
Y aunque, no son nada santas,
yo vivo prendadas de ellas.
Me recuerdan días de amor,
a los pájaros y sus trinadas
y de sus bellos plumajes el color.
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¡Y, por cierto, sé que no son santas!
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¡En tu cuerpo se dibujan y son mías!
En el mar de amor que eres tú, yo nadaría,
y al llegar a tu orilla y allí me quedaría,
prendada de tu moreno cuerpo.
Y nada de nada me importaría.
Por siempre, presta a amarte estaría
navegando en ese inmenso mar para
anclarme a tu puerto.
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¡Por Dios, esas son mis fantasías!
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No hay maldad en mi poesía.
Tu bien sabes que no miento.
Sólo vine a entregarte este poema
que encierra mis sentimientos
y, es de mi amor el emblema.
Tú sabe que no contemplo falsía,
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¡Quería ver si mi amor ante ti resistía,
porque estas sí son mis fantasías!
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