Poemas interminables
que me persiguen sin tregua,
que se enroscan en mi mente
hasta que los hago verso,
que me devuelven la calma
de gente que pasa y mira
la placidez de mi alma
como una voz de Argentina.
Poemas que escribo siempre
desde una silla que rueda
alrededor de una idea
que se forma por si acaso
cuando me acuerdo de vos,
cuando te mando un abrazo,
cuando me quedo dormida,
cuando te añoro sin asco
conjugando los sonidos
de palabras de fracaso.
Poemas que quiero tanto,
que son mi vida, mi rima,
mi cariño sin tapujos,
mi soledad y mi estima.