Elizabeth Maldonado Manzanero

Muñeca

Salí del frío la mañana que descubrí tu mirada

 tus manos quemantes puestos a mis costados

mi sexo primaveral develo la sombra del tuyo

la nostalgia efímera se instaló en mi para siempre,

aun hoy no logró reconocerme,

mi sangre fluyente se mantiene congelada.

He dado paso a la noche, me ha abrazado

y yo en ella me reconforto, me acuesto

y duermo un sueño que pareciera eterno

por la espera de una mirada que me posea y me de vida.