Alejandro Tapia

  Adolescencia.

 

Adolescencia.

 

 

 

 

Hay una edad donde a falta de dolor de verdad, lloramos lágrimas de azúcar

Donde la risa es rápida como el amor entre la piel atrapado.

 

Quisiera regresar a esos tiempos donde fui un hombre para una mujer

Donde fui hambre para la carne

Lumbre al fuego

Lubrica de mi tacto en una piel

La lengua del deseo.

 

Y el orificio más pequeño en el corazón, reabre la herida

La canción tan conocida, tan hermosa y efímera

Algunos sufrimos el destino del goloso…

Morir de a poco y disfrutar sin medida.

 

El momento donde nació el hábito de acompañar a la madrugada…

Húmeda obscuridad  adherida  a las demás luces pérdidas,

Y el  hábito de seguir el camino

De  vómito de mariposas muertas

La fragancia de la vida.

 

 

Donde la Inconsciencia dopa y adormece la punta de los dedos

Y los cartílagos dulces de leche aún, se encojen y se estiran

Y todo lo puedes entonces y todo es sueño y tiempo desparramado

Mi madre y la tuya... y Dalí llorando blando en una esquina.

 

Ese momento…sí…  ¡ése!

No lo  disfrutes… ¡No! …No,  tanto

Pues luego, ya  viejo y acabado

Te da por la adicción a los recuerdos…

El último bocado dulce nauseabundo que se me acabó tan rápido…

Y que me hace llorar cada noche.