Hoy se cuentan 21 días llorando por ti, y no es que sepa exactamente cuántas lágrimas he derramado, pero sé que han sido ya más de mí.
Y, con el ansia de saber más sobre el último comentario que me hiciste, me quedo yo, cada noche pensando en lo fortuito que será el día de mañana.
Que pesado es este abismo que tengo por corazón,
Que pesado se siente tener que luchar contra tu amor.
Noches de más lluvia le esperan a mis mejillas,
Paños que podrían estar secos se mojarán en tu nombre,
Y justo ese tu nombre, el que no quiero escuchar, se hace presente hasta en mis horas de trabajar.
Y lo único que pido es que a pesar del daño y, de cada lágrima, es que en mis sueños de cada noche, yo, no pueda ver tu rostro para no caer más en el dolor que me has dejado.