No escucho voces,
¡nunca
vocesimaginadas!,
más bien distantes, viajeras
que cabalgan con el tiempo...
voces perdidas en el lejano abismo
del olvido
¡oigo sus ecos!
vienen cargadas de agresividad y pánico
llantos, maldiciones,
que murmullan...
ahogan el silencio...
en ellas supura el espasmo
de rabia
ríos sulfúricos que corren,
electricidad
que estalla desde la médula...
voces
atrapas
rotas,
solitarias
no las escucho, las pienso
¿me oye?,
las cuento
acumuladas
los pasos a media noche...
gritos...
silencio.
Carraspean, voces del recuerdo,
voces diabólicas:
sin género, un sólo timbre
que daña las horas del sueño,
que resbalan, viscosas, por el oído
mi oído siniestro
no las oigo
las recuerdo...¡!