Difícil describir las puertas del corazón
sin enredar la mente con el alma
Son así:
Son como el cielo, lejanas.
Como los vicios, insanas.
Cómo la noche, misteriosas,
pero a la vez armoniosas.
Son como el viento, invisibles.
Como el tiempo, impredecibles.
Como el fuego, intocables.
y, al mismo tiempo, inolvidables.
Son como el mar, indomables.
Como la muerte, inexplicables.
Como un sueño, intrigantes
y ¿por qué no? alucinantes.
Son como el cuerpo, ajenas
Cómo la juventud, plenas.
Como lo nuevo, atrayentes
y por abrirse impacientes.