¡Cuánto te quiero, mi vida;
cómo te adoro, mi cielo…!
Contigo siento consuelo,
contigo sana mi herida.
Y como el agua llovida
alimentando el riachuelo…
¡Cuánto te quiero, mi vida;
cómo te adoro, mi cielo…!
Nunca habrá nada que impida
que yo acaricie tu pelo
y tu piel de terciopelo,
si mi boca grita henchida...
¡Cuánto te quiero, mi vida!