Aunque no sepas si vas a llegar, parte. (Alejandro Díaz)
El niño quiere romper
Ese viejo paradigma
Y como no quiere crecer
Vamos a descifrar el enigma.
Todo ocurrió en una pequeña, familia compuesta por cuatro miembros más uno: El padre la madre, la hija mayor (8 años), el hijo menor (2 años) y la nana.
El bebé le dice a la nana
Que él no quiere crecer
No le vaya a suceder
Lo que le pasa a su hermana
La nana que es muy curiosa
Le dice muy dulcemente
A ver dime que es esa cosa
Que te perturba la mente.
Y el niño un poco asustado, le confiesa a su confidente, lo que ha visto que sus padres le hacen a su pariente, y eso fue de repente desde que cumplió los siete:
Le dan a comer gusanos
a veces la hacen llorar
y un espumero extraño
suele a veces vomitar.
Son unos gusanos blancos
a veces con rayas de colores
que en el baño hacen estragos
con unos fuertes olores.
Y la nana, incrédula y asombrada, acaricia el niño asustada, y le pide en voz muy baja, creyendo que es cosa errada: “A ver mi nene, esos gusanos como se llaman”
Es un nombre muy extraño
pero mi papá muy explícito
lo deja siempre en el baño
y los menciona: “dentífricos”.
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