A golpes de martillo me ruge el alma
en un andar incesante y necesario,
en un andar donde siento...
siento ser...solo un remolque,
un tronco arrastrado por el agua
de navega por un río
donde no lo frena la orilla.
Hoy quisiera desnudar mis pecados
rompiéndome la camisa
gritar con mi eco tan lejano
hacía un horizonte infinito...
Me encantaría cargar toda culpa
en mi ancha espalda
la de los pecados que no siento
y las culpas del todo y la nada.
Hoy mi yugo de ignorante pesa más
y más flojean mis piernas.
Hoy llevo dentro un cante de fragua
y en cada golpe de martillo y voz
oigo como el corazón palpitante de la tierra
me arropa en su arrullo.
Hoy a golpes de martillo amaneció
hoy el alba... anochece.