Ella toca el violín,
y se despiertan mis sentidos,
es la caricia abstracta
que el alma necesita.
Ella vuela en su ansiedad,
son largas las noches,
y se pregunta porqué
no alzó la mirada.
Ella toca el violín,
y se despiertan las mariposas,
es el barullo sincero
que tensan mis entrañas.
Ella vuela en su luz,
celosa está la luciérnaga,
y enciende en sí
la frivolidad.
Ella toca el violín,
y se despiertan mis sentidos,
es el sabor a dulzura,
es la flor y su voz.