Te invitaría un café,
Pero te encuentras lejos.
Y aunque me gustaría,
Una charla amena contigo,
Conozco mis debilidades,
Y volvería a decirte:
aún te extraño...
Y entiendo que la soledad,
Te permite afrontar,
Tus grandes miedos,
Tus peores momentos...
Y aunque siempre he tratado,
De mostrarme fuerte ante el mundo,
Con mi cara pétrea de emociones,
Muy dentro de mi,
deseo un abrazo,
Y las palabras:
\" todo va a salir bien \".
Solo me acompañan las oraciones,
De aquellos que realmente me aman,
Las de mi madre que me extraña,
Y mis otros seres queridos,
Sin dejar atrás a mis amigos,
Que también piden a Dios por mí.
Gracias Dios por tantas bendiciones,
Por la salud, y no desamparar,
A este humilde siervo tuyo,
Que esta agradecido,
Por el pan nuestro de cada día,
Por un techo y un abrigo,
Librandonos de todo mal...
Amén