Ha llegado el otoño
con su lluvia bendita
con sus cielos de fuego
su rocio, su olor
con la fruta madura
esperando tus besos
con la vid hecha mosto
-vino, fiesta y amor-
Bacanales, ofrendas
para la madre tierra
Baco y Eros se alian
para hacer el amor
a la diosa Afrodita
a esa Venus que espera
escondida en la luna
a que se duerma el sol.
Equinocio, respiro,
recolecta, vendimia,
tempestades, tormentas,
aguaceros sin fin
son la leche divina
con que Gea alimenta
a sus hijos -nosotros-
que la hacemos sufrir
maltratando al hermano
infectando sus aguas
apestando su aliento
ignorando el dolor
de sus tierras, sus mares
de sus ríos, sus selvas
de ese hogar que nosotros
no supimos cuidar