…Las hojas caen, y desde la ventana las miro. Miro mis dedos, y sé que en la habitación hay alguien, pero no lo quiero mirar. Sé que sabe algo de mi que no me atrevo ni a pensar. Ni a intentar cocerlo con esa especie de humo gris con que se tejen las palabras. Mi mundo se apaga. La luz de la pieza donde estoy, se apaga. No queda tiempo (el tiempo es como un túnel). Sé que estoy soñando, pero no sé quien soy, quién fui, quién seré... Sé que estoy mintiendo, inventando algo. Pero nada es cierto, ¿este fragmento, quizás, no es menos falso?
Nada
Les contaré algo, inventaré algo, sé que me queda poco tiempo. Despertaré pronto, casi escucho mi propio ronquido:
Había una vez un condenado a muerte, que soñaba que estaba vivo, pero era sólo un sueño atroz y tranquilo y...