INDELEBLE INFANCIA
Afirman que la infancia es la etapa más bella del individuo;
hoy brindo disculpas por disentir de esta linda afirmación,
porque es una verdad: En algunas divisiones existe residuo,
perdón que en el instante exprese semejante exclamación.
Es una realidad que en la etapa inicial ocurre dependencia,
así sean nuestros padres, el precio de la libertad es infinito,
por esto a diario luchamos por alcanzar una independencia
y se debe recorrer aquel demoledor y empinado caminito.
Aquellos principios y momentos vividos se tornan inmortales,
quedan varios traumas que durante toda la vida atormentan,
somos obligados, por su causa, a ubicarnos en raros portales,
no se pueden eliminar porque con gran frecuencia aumentan.
Un infante tiene varios privilegios, pero es en exceso vulnerable,
mientras un adulto es libre y puede tomar sus determinaciones,
los niños compensan esta falencia y son en extremo adorables,
los cuidados evitarán en su adultez diversidad de alucinaciones.
Cuando se llega a la madurez se tiene un fuerte agradecimiento,
se reconocen los valores inculcados y los innumerables desvelos,
es extraño porque las cosas se transforman y hay conocimiento,
todo ha terminado y en las cavernas quedan minúsculos recelos.
Jaime Muñoz, agosto 16 de 2021