Ben-.

Divinos perdedores-.

Exprimo el jugo

derribo dehesas

imágenes sucintas,

alborotadas las quiero,

francas alas desplegadas

que exigen sus volúmenes vespertinos,

me meto en las raíces enmarañadas

de un cuerpo sin mármol ni lascivia.

La dureza, corteza amplia,

apenas conocen tu designio,

los divinos perdedores

hallan en mí consuelo y hastío.

Busco los latidos de mi suelo

la vastedad de un sueño hispido,

los cables que devoro bajo subterráneos.

Me gustan las esencias, aunque no vivo de ellas.

Me atraen los desiertos, pero no soy carnívoro.

Es entre las personas, con sus simientes y estrellas,

donde mis alas hallan su aire azul. Su cielo celeste-.

 

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