Lloré, si.
Lloré como un niño incrédulo de todo y de toda promesa hecha y sonrisa falsa; termine con grandes heridas que jamás pensé que fuesen sanadas, llegaron lágrimas a la tierra, pero la misma la secó, borrando por completo aquel supuesto amor que por él, sufría mi alma.
Con todo eso, le sigo apostando al amor verdadero, al que sin tener permiso llega, al que no necesito de joyas, de riquezas, al que esta cuando llega la tristeza, el llanto y también la mala racha.
Al que hace de un instante, grandes acontecimientos, al que ayuda a levantar cuando todo esta caído, a ese amor que sin darte cuenta se vuelve tu oxígeno, tus noche y tus mañanas.
¡Si! Aun le apuesto al amor, a ese que tolera todo por un para siempre, al que de las rabietas aprende, al que cuando todo parece perdido, después de unas lágrimas y un abrazo todo vuelve a ser verde.
Henry Ruiz
24 E SEPTIEMBRE 2021
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