Ha llegado el momento de buscarte,
tenaz intento repetido.
Han caído tantas lluvias
y no se ha lavado la huella.
Es que como llamarada orgullosa,
dejo impronta para siempre
y no existe tiempo
que pueda borrar esos días.
Serán las últimas horas
en la tardes que se inclina
más allá del verde que pinto mi infancia
cada pista son todos los detalles
y en la soledad
de esta solitaria playa
te pienso y te invento
como solo lo hacen los sueños.
Como solo lo hacen los parias
caminando y desafiando al viento
que lastima sus caras curtidas
por tantos amaneceres fríos.
Ha llegado el momento de buscarte
más allá del paisaje
donde se mezcla el vocabulario,
cuando sobran las preguntas.
Encontrarte entre el cielo y la arena
en las altas mesetas
donde se resbalan las lágrimas,
en ese acantilado con destino de mar.
Donde escucho las canciones
en las oscuras formas de sal
y te alejas con las calles
que forman los rayos
más allá de los muelles
en ese infinito que presumo azul,
esperando las luces de la alborada
para que vuelvas,
y ya no tenga que salir
nuevamente a buscarte.