Acabo de morir, y me morí a pedazos,
Se suicidó mi inspiración, se colgó de su ausencia,
Sus besos hicieron en el vacío reminiscencia,
Me mataron el gusto... agonía con sabor a nada.
Me fui muriendo en el recuerdo de la blancura
Y el sabor de sus tersos muslos, en el rosa
de aquellos labios que antes prestos, hoy se niegan
a regalarme el sabor que logre la grosura;
Y así, en mi último aliento, rememoro el orgasmo
Que me dejó grabado el dulce tono de mi nombre
en el húmedo fuego del rojo de sus labios.
(VOZDETRUENO)