Y te quedas ahí, consternada/o, sentada/o frente a esa luz que por unos instantes te hace recordar aquellos tiempos. Cuando fuiste pequeña, quizas, cuando te arropaba ese familiar tan especial para ti, pero que por alguna razón o por el destino, marchó. Paseos por esos lares que nunca han dejado de ser. Risas, algún que otro llanto de alegría, pero también de tristeza y en ese instante recuerdas esa personita que en su día te dijo, llora, llora cuanto necesites, no es malo hacerlo, porque cuando lo haces te liberas de esa “carga” que llevas, dentro, y si algún día te ven hacerlo y te dicen no llores, haciéndolo te vas a hundir aún más. Ni te pares a escuchar esas palabras, estos no saben como hacerlo. Son tus momentos, que no dejan de ser recuerdos vividos con personas que ya no están, o que aún están pero marcharon a otro lugar.
Por alguna razón siempre vivirán, dentro, profundamente, en ti.
Sea cual sea el motivo por el que te sientas frente a esa luz, y la observas detenidamente, no dejes de hacerlo, nunca, parate las veces que necesites, dedicate unos minutos.
💜LOS ESCRITOS DE LAURAðŸ™‰ðŸ™ˆðŸ™ŠðŸ’œðŸ’œΗ ψυχή είναι ονσία (el alma es esencia)💜